¿Por qué tu mente no te deja ser feliz ni le importa que lo seas?

Imagen que representa el poder mental

¿Alguna vez has sentido que, aunque tengas todo para estar bien, tu mente no te deja en paz?

Ella te lleva a repetir las mismas preocupaciones una y otra vez. Te hace a pensar en momentos dolorosos que ya pasaron y te angustias sin razón aparente…

Esto no significa que seas débil ni que la vida esté en tu contra: lo que ocurre es que tu mente tiene una forma de funcionar que no conoces y cuando no la entiendes, ella se convierte en tu principal obstáculo para ser feliz.

¿Qué hace tu mente con tu felicidad sin que te des cuenta?

Más del 90 % de tu sufrimiento nace en tu mundo mental, no en tus circunstancias externas.

Además, todo eso que Ella te hace imaginar, está comprobado científicamente que, en su mayoría de las veces, jamás te llega a suceder.

Tu mente no distingue tu presente de lo que imaginas y por eso:

  • Te hace revivir recuerdos dolorosos como si ocurrieran en el presente.
  • Reproduce pensamientos repetitivos que generan ansiedad y preocupación.
  • Confunde dolor con sufrimiento, haciéndote creer que ambos son lo mismo.
  • Bloquea tu avance cuando no tiene información suficiente para guiarte.
 

El resultado: vives atrapado en una especie de ciclo de autosabotaje donde tu propia mente se convierte en la fuente de tu malestar, sin que logres identificarla.

Dolor versus sufrimiento: lo que marca la diferencia en tu vida

El dolor físico es natural y temporal, es un mecanismo de supervivencia necesario para mantenerte con vida.

Tu cuerpo debe avisarte a través del dolor cuando algo no está bien en ti, para que le des tu atención.

Imagina que tuvieses una pierna rota y el dolor no te avisara… Podrías morir sin atención médica oportuna.

El sufrimiento, en cambio, es algo totalmente diferente, es una fabricación de tu mente, cuando tú sin darte cuenta:

  • Recuerdas una y otra vez un evento doloroso que sucedió hace tiempo.
  • Imaginas escenarios fatalistas que aún no han sucedido y te angustias por ese posible futuro.
  • Cuando te preguntas constantemente, ¿por qué me pasa esto a mí?, y tratas de buscar dentro de tu mente una explicación lógica.
 

La neurociencia ha demostrado que tu cerebro activa los mismos centros de dolor cuando sufres emocionalmente que cuando tienes una herida física. 

Así tu mente no distingue lo real de lo imaginario: por eso revivir un recuerdo doloroso puede sentirse como una fractura en el presente y causa dolor, pero no es dolor real, es sufrimiento. 

Conoce el papel de tus pensamientos

Tus pensamientos son archivos dentro de tu mente que fluyen como un río de información, pero en lugar de ser agua, son energía pura. 

Tu enfoque o atención es el mecanismo que dice a tu mente a qué pensamiento darle importancia y traerlo al centro de tu mente para observarlo y escucharlo. 

Tu pensamiento por sí mismo no es ni bueno, ni malo. Ni positivo, ni negativo, tu mente lo cataloga como útil o inútil dependiendo del para qué lo necesites en ese momento. 

El solo hecho de darle tu atención, le dice a tu mente que es útil, sin importar su contenido, ni la emoción asociada a este. 

Cuando te enfocas en pensamientos que tú llamas negativos, estos te absorben y así construyes el sufrimiento en tu mente: 

  1. Primero piensas en aquello que pasó que te dolió o en eso que temes tanto.
  2. Luego sientes la emoción equivalente a esos pensamientos (miedo, dolor, angustia).
  3. Actúas desde la emoción sin darte cuenta y así perpetúas el ciclo y entras en un bucle de experiencias repetitivas. 
 
Lo importante es entender que tú no eres tus pensamientos. Pensar es una función natural de tu mente, como lo es respirar a tus pulmones. 

Ejemplo práctico…

Imagina que tu pareja termina la relación inesperadamente y eso te causa mucho dolor y comienzas a preguntarte incansablemente qué hiciste mal, qué está mal en ti, por qué se ha ido… 

Sin darte cuenta, estás una y otra vez reviviendo ese momento doloroso de la ruptura en tu mente, causándote sufrimiento sin fin. Cada vez que recuerdas ese momento, tu mente activa en tu cerebro los receptores de dolor como si tuvieses una herida física. 

Al no existir realmente una fractura o un corte en tu cuerpo, para ti es casi imposible detectar que te estás causando sufrimiento una y otra vez.

Cambiemos el contexto: 

Ahora imagina que antes de la ruptura con tu pareja ya habías conocido a alguien más que te interesa profundamente…

Y entonces recibes la misma noticia de tu pareja, pero la manera en como tú la tomas cambia drásticamente.  Ahora se convierte en una liberación para tú estar tranquilamente con esa nueva persona que has conocido. 

El hecho sigue siendo el mismo, pero el contexto hace que tú o sufras o te alegres. Cuando entiendes cómo funciona tu mente es que sabes por qué esta no te deja ser feliz, ni a Ella (tu mente), le importa que lo seas. 

Haz el siguiente ejercicio mental:

Imagen donde la mente está imaginando con su poder.

👉  Toma una situación del pasado que ya no te duela.
👉  Obsérvala desde dos perspectivas diferentes, el lado bueno y el no tan agradable.
👉  Date cuenta de cómo un mismo hecho puede causarte sufrimiento o alivio según la interpretación de tu mente.

Con esta práctica empezarás a ver que tu mente no tiene la última palabra sobre lo que sientes: eres tú quien puede elegir la interpretación y con ello, evitar que tu mente sabotee tu felicidad. 

Conclusión de por qué tu mente no te deja ser feliz…

Tu felicidad no depende de tus circunstancias externas, sino de cómo tu mente las interpreta. 

Cuando entiendes su mecánica, dejas de ser víctima de tus pensamientos y comienzas a conducirlos. Ese es el primer paso para liberarte de los ciclos de sufrimiento y recuperar la paz mental.

Próximo paso: en el siguiente artículo te contaré cómo identificar las señales más claras de que tu mente te está saboteando sin que lo notes.

Entrenar tu mente y aprender a ser feliz es una habilidad que puedes desarrollar con práctica y compromiso contigo…

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